LLERA ………. SIEMPRE ES NOTICIA
Escribe OTHON VILLARREAL GUZMAN
EL YERNO INCOMODO
Si mal
no recuerdo, el martes nueve de los corrientes por la mañana, saludé unos amigos
fuera del edificio del PRI estatal y sorprendido escuché la pregunta que me
formulaban ¿ verdad que Zapata era un asaltante y secuestrador ?.
Mira,
respondí, que yo sepa o lo haya leído por ahí, la mera verdad es la primera
noticia que tengo, pero tampoco puedo ponerlo en duda toda vez que en los años
del porfiriato los dueños del poder público, hacendados y gente de dinero se la
bañaban muy feo con el pueblo y por cualquier cosa castigaban a los campesinos,
trabajadores o personas que se atrevieran a hablar o escribir mal de supremo gobierno.
Cuando esto
ocurría, eran torturados a latigazos, quemaban sus chozas, violaban sus familias,
los metían a la cárcel, los asesinaban o mandaban a trabajar sin esperanzas de
sobrevivir a los campos de castigo del sur del país.
En estas
condiciones ¿ Quien no era un bandido ?. Pero curiosamente esos “ bandidos ”
fueron quienes hicieron la revolución, la llevaron al triunfo y gracias a ellos
surgió la Constitución de 1910, se crearon escuelas y universidades, se
construyeron carreteras, hospitales y presas, en fin para que ahondar en lo que
todo mundo sabe, entiende y conoce.
Lo que pasa ahora
y aunque no lo crean pero desde el año dos mil he notado que surgió en México una
campaña de desprestigio en contra de quienes son nuestros héroes nacionales,
buscan acabar con todo lo que huele a insurgencia, a la reforma y en especial
al movimiento social de mil 910. Con que propósito, pues simple y llanamente
para modificar nuestras costumbres, destruir nuestro nacionalismo y cambiar el
rumbo histórico de México.
Pues mire
usted, porqué no hablar o escribir también algo referente a los “ señoritos ” del
porfiriato, como aquel yerno de don Porfirio Díaz que dio lugar al famoso
Número 41, actualmente adjudicado a los homosexuales del México contemporáneo y
que según la historia resulta que el
domingo dieciocho de noviembre de 1901, la policía metropolitana recibió serias
quejas en contra de un grupo de personas de la
alta sociedad que escandalosamente se divertían en una casa particular
de la antigua calle De la Paz, hoy calle Ezequiel Montes.
Desde luego
que el hecho no hubiera tenido gran trascendencia social si no fuera porque
dentro de la casa se celebraba un singular baile donde alegremente se divertían
hombres de la alta sociedad porfiriana, la mitad de estos vestidos de mujer y
el resto con ropa varonil.
Por supuesto
que el escándalo se hizo cuando llegó la policía y detuvo a todos esos “
señoritos ” que fueron encerrados en una jaula que servía de patrulla, portando
sus lujosos vestidos, con aretes, labios y cachetes colorados, con zapatillas de
mujer.
Total, para no
hacerla tan larga, el caso es que ante la curiosidad de la gente, uno por uno
fue trepado a la jaula, pero cuando sacaron al último que resultó ser el número
41 vieron que este había sido cubierto con un trapo negro y conducido a un
carro particular para que no lo reconocieran, razón por la cual cuando la
policía se retiró de ahí todo mundo se preguntaba quién era el número cuarenta
y uno.
Desde luego que al siguiente día, según el
periódico de aquel año conocido como la “ Hoja Suelta ” dio santo y seña del
suceso e incluso publicó una grafica donde los detenidos vistiendo todavía sus lujosos
atuendos de mujer barrían las calles de la ciudad ante las burlas del pueblo y
sorpresa de sus propios familiares que vergonzosamente veían todo aquello,
menos uno, ya que el número 41 no estaba ahí por tratarse del yerno de don
Porfirio Díaz, el conocido hacendado e influyente político don Ignacio de la
Torre. Ahora ya saben porque desde entonces el No. 41 es adjudicado a los de la
manita caída.
Por lo tanto
concluyo, mil veces ser llamado bandido
como lo hacen con Emiliano Zapata que ser llamado El 41 como lo fue don Ignacio
de la Torre, el yerno incómodo de don Porfirio. HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.
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