EL
FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
¡SON
INTERCAMBIABLES!
Por
Ramón Durón Ruiz
U
|
na paradoja es una proposición en
apariencia verdadera, que […intrínsecamente] conlleva a una contradicción
lógica o a una situación que infringe el sentido común.1
Para el viejo Filósofo la vida
está llena de paradojas: “Miles de años antes de que la invasión estadounidense
llevara la guerra a Irak, en esta tierra bárbara, había nacido el primer poema
de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el
poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amo esa
noche como si fuera mortal. Dumazi, el pastor, fue inmortal mientras duro esa
noche.
Otra paradoja se da conAleijadinho,
el hombre más feo de Brasil, que creó las más hermosas esculturas de la era
colonial americana. El libro de viajes de Marco Polo, aventura de la libertad,
fue escrito en la cárcel de Génova. Don Quijote de La Mancha, otra aventura de
la libertad, nació en la cárcel de Sevilla.
Paradójico fue también, que fueron
nietos de esclavos los negros que generaron el jazz, la más libre de las
músicas. Uno de los mejores guitarristas de jazz, el gitano Django Reinhardt,
tenía dos dedos en su mano izquierda inmovilizados. No tenía manos Grimod de la
Reynière, el gran maestro de la cocina francesa. Con garfios escribía, cocinaba
y comía”2
El viejo Filósofo, se ha convertido
un paisajista escritural, de ese impresionante caleidoscopio formado por el
maravilloso mosaico cultural popular de la nación, que impregnado de la
sabiduría heredado de la tradición oral de la que son recipiendarias las
abuelas, vibra con el sentido común y con la fuerza de la vida, que el mexicano
tiene a flor de piel.
Ello me lleva a ver que en este
país de contradicciones, en el que vivimos, enlo más íntimo de nuestro ser
nacional, hay una serie de paradojas: En el año 2000, arribamos a la más
increíble transición democrática del mundo, porque mientras en otras latitudes
fue pactada… ¡aquí fue votada! pero por intereses intra-partidistasse regatean
los resultados, mismos que han impedido que nos insertemos con éxito en el
camino de la competitividad.
Nuestro sistema de paradojas hace,
quepor una parte, hayaun cambio en la forma en el viejo presidencialismo
mexicano y por otra parte, en el fondo no hemos podido “cuajar” o transitar del
sufragio efectivo… a una democracia efectiva.
Nuestro sistema de paradojas se
da también en la Ciudad de México,donde un grupo de maestros inconformes con la
Reforma Educativa, apoyados por simpatizantes de organizaciones sociales, sindicales
y estudiantiles, –que no entienden que la violencia no conquista al ciudadano–violenta
la capital del país, secuestra calles, mientras en toda la geografía nacional millones
de niños y jóvenes reciben el ABC de la vida, por mujeres y hombres que abrazan
con amor el apostolado del magisterio.
El huracán Ingrid y la tormenta
tropical Manuel, si por una parte trajeron consigo desolación, destrucción de
infraestructura, miles de damnificados, decenas de desaparecidos y muertos, por
otra parte lo paradójico es que enriquecieron los mantos friáticos, llenaron
las presas, trajeron vida al desolado campo mexicano ycomo por un encantamiento,que
nos hace sentir nuestra la tragedia humana del hermano, hicieron que brotara el
manantial de la magia de la solidaridad del mexicano.
Las paradojas nos recuerdan que somos
un pueblo más grande que la violencia y la tragedia. Y la genialidad del humor
del mexicano me recuerda aquellos cinco cirujanos de Güémez, queen la antesala
de los quirófanos comentaban sobre quienes, para ellos, eran los mejores
pacientes en una sala de operaciones.
Simpliano, el primer cirujano
dice: — Han de saber que a mi me encanta
operar Contadores Públicos, parece paradójico porque cuando los abres… ¡todo
está ordenado por números!
Virulo, el segundo cirujano
comenta: — Sí, pero para mí los electricistas
son mejores, porque paradójicamente todos sus órganos están perfectamente en
orden y además codificados por colores…¡no hay forma de equivocarse!
Toca el turno a Anacorito, el
tercer cirujano:
— No, pa’ mí los mejores son los
bibliotecarios, por dentro de ellos… ¡todo está codificado alfabéticamente!
Ovárica, la cuarta cirujana
afirma:
— Miren pa’ mí, los mejores son los mecánicos…¡ya
traen las piezas de repuesto que hay que colocar!
Audomaro, el sabio
cirujano había quedado al último, rosando con su diestra la barbilla
meditabundo afirma:
— Siento mucho disentir con
ustedes, pero pa’ mí, los políticos son los mejores pacientes del mundo para
operar: no tienen corazón, no tienen estómago, no tienen huevos y además, son
tan singulares que…¡el cerebro y el culo son intercambiables!
1
http://ensayosgratis.com/Biograf%C3%ADas/Paradoja/71011.html
filosofo2006@prodigy.net.mx/Facebook:
filosofoguemez-oficial /Twitter: @filosofoguemez
0 comentarios:
Publicar un comentario