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miércoles, 2 de octubre de 2013

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ


EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

¡SON INTERCAMBIABLES!

Por Ramón Durón Ruiz

U

na paradoja es una proposición en apariencia verdadera, que […intrínsecamente] conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común.1

Para el viejo Filósofo la vida está llena de paradojas: “Miles de años antes de que la invasión estadounidense llevara la guerra a Irak, en esta tierra bárbara, había nacido el primer poema de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amo esa noche como si fuera mortal. Dumazi, el pastor, fue inmortal mientras duro esa noche.

Otra paradoja se da conAleijadinho, el hombre más feo de Brasil, que creó las más hermosas esculturas de la era colonial americana. El libro de viajes de Marco Polo, aventura de la libertad, fue escrito en la cárcel de Génova. Don Quijote de La Mancha, otra aventura de la libertad, nació en la cárcel de Sevilla.

Paradójico fue también, que fueron nietos de esclavos los negros que generaron el jazz, la más libre de las músicas. Uno de los mejores guitarristas de jazz, el gitano Django Reinhardt, tenía dos dedos en su mano izquierda inmovilizados. No tenía manos Grimod de la Reynière, el gran maestro de la cocina francesa. Con garfios escribía, cocinaba y comía”2

El viejo Filósofo, se ha convertido un paisajista escritural, de ese impresionante caleidoscopio formado por el maravilloso mosaico cultural popular de la nación, que impregnado de la sabiduría heredado de la tradición oral de la que son recipiendarias las abuelas, vibra con el sentido común y con la fuerza de la vida, que el mexicano tiene a flor de piel.

Ello me lleva a ver que en este país de contradicciones, en el que vivimos, enlo más íntimo de nuestro ser nacional, hay una serie de paradojas: En el año 2000, arribamos a la más increíble transición democrática del mundo, porque mientras en otras latitudes fue pactada… ¡aquí fue votada! pero por intereses intra-partidistasse regatean los resultados, mismos que han impedido que nos insertemos con éxito en el camino de la competitividad.

Nuestro sistema de paradojas hace, quepor una parte, hayaun cambio en la forma en el viejo presidencialismo mexicano y por otra parte, en el fondo no hemos podido “cuajar” o transitar del sufragio efectivo… a una democracia efectiva.

Nuestro sistema de paradojas se da también en la Ciudad de México,donde un grupo de maestros inconformes con la Reforma Educativa, apoyados por simpatizantes de organizaciones sociales, sindicales y estudiantiles, –que no entienden que la violencia no conquista al ciudadano–violenta la capital del país, secuestra calles, mientras en toda la geografía nacional millones de niños y jóvenes reciben el ABC de la vida, por mujeres y hombres que abrazan con amor el apostolado del magisterio.

El huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel, si por una parte trajeron consigo desolación, destrucción de infraestructura, miles de damnificados, decenas de desaparecidos y muertos, por otra parte lo paradójico es que enriquecieron los mantos friáticos, llenaron las presas, trajeron vida al desolado campo mexicano ycomo por un encantamiento,que nos hace sentir nuestra la tragedia humana del hermano, hicieron que brotara el manantial de la magia de la solidaridad del mexicano.

Las paradojas nos recuerdan que somos un pueblo más grande que la violencia y la tragedia. Y la genialidad del humor del mexicano me recuerda aquellos cinco cirujanos de Güémez, queen la antesala de los quirófanos comentaban sobre quienes, para ellos, eran los mejores pacientes en una sala de operaciones.

Simpliano, el primer cirujano dice: Han de saber que a mi me encanta operar Contadores Públicos, parece paradójico porque cuando los abres… ¡todo está ordenado por números!

Virulo, el segundo cirujano comenta: Sí, pero para mí los electricistas son mejores, porque paradójicamente todos sus órganos están perfectamente en orden y además codificados por colores…¡no hay forma de equivocarse!

Toca el turno a Anacorito, el tercer cirujano:

No, pa’ mí los mejores son los bibliotecarios, por dentro de ellos… ¡todo está codificado alfabéticamente!

Ovárica, la cuarta cirujana afirma:

Miren pa’ mí, los mejores son los mecánicos…¡ya traen las piezas de repuesto que hay que colocar!

Audomaro, el sabio cirujano había quedado al último, rosando con su diestra la barbilla meditabundo afirma:

Siento mucho disentir con ustedes, pero pa’ mí, los políticos son los mejores pacientes del mundo para operar: no tienen corazón, no tienen estómago, no tienen huevos y además, son tan singulares que…¡el cerebro y el culo son intercambiables!

1 http://ensayosgratis.com/Biograf%C3%ADas/Paradoja/71011.html


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