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viernes, 1 de noviembre de 2013

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ


EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

1 y 2 DE NOVIEMBRE

Por Ramón Durón Ruiz

 

H

ay fechas sublimes para el mexicano y el Día de los muertos o de los Santos difuntos, es sagrado. Simboliza el encuentro con el amor y el recuerdo a nuestros seres que partieron a rendir cuentas al hogar del Padre.

El ser humano en su diálogo con la vida, excluye hablar de su propia muerte, habla sí, de la muerte del familiar, del vecino, del amigo… del de enfrente, hablar de la propia muerte es un tema vedado.

Es patológico pensar en la muerte a cada instante, también lo es no recapacitar en ella, pesa mucho, le tememos.

El 1 y 2 de noviembre, tiene la magia de reunir a la familia en torno a la tumba, a los gratos recuerdos de los seres idos.

Llegamosal panteón como una familia “muégano”  no sabemos dónde principia la alegría y el dolor de uno o de otro, a limpiar el sepulcro, a llevar flores, a orar, algunos llevan la música o la comida que al difunto gustaba, porque el reencuentro es una fiesta que parte del principio del amor.

Sabiamente Séneca afirma que: “Nuestro mayor error es querer ver la muerte adelante, es decir fuera de nosotros, allá. Cuando está, en gran parte, a nuestra espalda. La muerte no nos es trascendente, no está fuera de nosotros, sino que es inmanente está con nosotros.”

Muchos filósofos y académicos inteligentemente se preguntan si ¿hay vida después de la muerte? El viejo filósofo se pregunta¿si hay vida en la vida? porque muchas veces por vivir llenos de estrés, en una prisa que casi nos atropella, nos olvidamos de gozar la fiesta de la vida.

La obscura representación de morir desde siempre haatemorizado al hombre, unido a viejos dogmas y creencias arraigadas en el colectivo social impide que aprendamos a gozar la fiesta de la vida, olvidando darle un sentido profundo a nuestra existencia.

Cuando se aprende el arte de bien vivir, cuando se llega el tiempo de la partida… se está preparado para bien morir, para irse con una reconfortante paz interior, entregándote  confiado a las manos del señor.

En la vida, lo único seguro es la muerte, por ello en todas las civilizaciones ha sido vista con respeto, como un ciclo de un mundo holístico en el que vida-muerte no son ni excluyentes, ni polaridades, sino complementarias, pues una retroalimenta a la otra.

En este sentido, este viejo campesino de allá mesmo, afirma:

“Si tu no vas al entierro de tus amigos… ¡ellos irán al tuyo!”

“Se está muriendo gente… ¡que no se había muerto antes!”

“Pa’ vida de morirse… ¡hay que estar vivo!”

Esta fecha es propicia para que el mexicano haga juegos malabares con la palabra, dando rienda suelta a su audaz imaginación y vena literaria a través de sus festivas calaveras dedicadas a personajes vivos, a quienes se hacen con la intención –las más de las veces– de hacer una broma, homenajear o rendir público reconocimiento, así lo hace mi estimado amigo Fernando Méndez Cantú en esta calavera dedicada a nuestra querida periodista Adela Micha.

“La muerte con sus astucias

cruel e infame maliciaba

pues en llevarse pensaba

a la reina de las noticias

y se dieron las primicias

Sin publicar una esquela

sólo se observó una estela

que portaba la desdicha

pues la víctima era la Micha,

la que informa por Adela.”

 

filosofo2006@prodigy.net.mx/Facebook: filosofoguemez-oficial /Twitter: @filosofoguemez

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